6/11/09
La presidenta del Colectivo de Defensores de los Derechos del Sáhara Aminattou Haidar analiza el conflicto con Marruecos.
Viene de Estados Unidos de recibir el Premio al Valor Civil de la Fundación John Train y está en Gran Canaria para hablar de la violación de los Derechos Humanos en el Sahara Occidental. ¿Cuál es la situación ahora mismo?
La situación es realmente alarmante. El Gobierno y las fuerzas de ocupación marroquíes han redoblado la represión y hasta han cambiado los métodos represivos. Están transformando los juicios civiles en militares y sin respetar ninguna legalidad, regresando así a la peor época de Hassan II. Se está viendo la verdadera fachada del régimen marroquí, que no tiene nada que ver con la que intenta transmitir al mundo con engaños. En la actualidad, la mayoría de los defensores de los derechos humanos en el Sahara Occidental está en prisión, y los que no están en la cárcel están prácticamente en una situación de arresto domiciliario, sus documentos han sido requisados y están indocumentados en su propia tierra. Las escuelas e instituciones educativas están bajo vigilancia policial. Hace unos días, dos estudiantes saharauis han sido encarcelados y no han tenido derecho a un abogado o a que alguien les pueda defender, están desamparados.
¿A qué achaca ese aumento de la represión del que usted habla?
Hay dos razones. Un objetivo es abortar de alguna manera el proceso de paz que está ya en marcha en las Naciones Unidas y las propias conversaciones que está llevando a cabo el Frente Polisario con Marruecos para dar una solución al conflicto de la ocupación del Sahara Occidental. Marruecos ha visto que ese proceso no va por el camino que ellos quieren, sino por el camino del derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación, reconocido por la comunidad internacional. La otra cuestión es que Marruecos se está dando cuenta del apego de los saharauis a su derecho legítimo a la libertad y la independencia. Eso está calando muchísimo en la población y en las nuevas generaciones, que están enarbolando esa bandera a lo largo y ancho de todo el Sahara.
¿Cuántas personas calcula que pueden estar sufriendo directamente esa represión?
Hay más de 40 presos políticos saharauis en cárceles marroquíes.
De ésos, hay diez defensores de los derechos humanos, personas que trabajan simplemente por los derechos humanos, entre ellos los siete secuestrados el día 8 de octubre en el aeropuerto de Casablanca a su regreso de los campamentos de refugiados de Tinduf. Uno de esos secuestrados es el vicepresidente de mi organización, Alí Salem Tamek. Hay presos políticos dispersos por todas las cárceles, incluida la Cárcel Negra de El Aaiún. Allí están en una situación muy dura y algunos llevan un mes en huelga de hambre. Además están los 500 desaparecidos saharauis desde el año 1974 y otros 15 jóvenes desaparecidos desde 2005. Un ejemplo claro de la represión es lo que le ha ocurrido a la hermana de uno de los compañeros secuestrados en Casablanca, que fue a verle y ahora está ella misma en la cárcel. Desde hace dos meses y simplemente por intentar visitar a su hermano.
¿Cómo está reaccionando la comunidad internacional? ¿Se siente respaldada?
Hay una reacción importante de condena, sobre todo después del secuestro de los siete activistas defensores de los derechos humanos. Lo han denunciado Amnistía Internacional, el centro Robert Kennedy, Human Rights Watcht o gobiernos como los de Gran Bretaña, Suecia, Irlanda y otros países.
¿Y cómo ve la posición de España?
Con mucho dolor debemos decir que el Gobierno español permanece como un espectador ajeno. Incluso en el tema de la violación de los derechos humanos no hemos visto reacción de ningún tipo, a pesar de que nosotros esperamos y pensamos que debe ser el primero en reaccionar, porque los propios desaparecidos y los que están en las cárceles son españoles, hijos o nietos de españoles. Además de la responsabilidad política, histórica y jurídica respecto a un territorio que fue provincia suya.
¿Por qué los partidos y asociaciones de Marruecos no denuncian esa situación?
Hay un partido marroquí, Vía Democrática, que sí ha condenado duramente la repre-sión. También la Asociación de Derechos Humanos ha pedido de forma contundente la libertad sin condiciones de esas siete personas.
EE UU ha mediado en el conflicto con poco éxito. ¿Cree que la llegada de Obama a la presidencia puede dar un giro?
En el discurso del señor Obama se notan sus deseos de buscar la paz y la estabilidad en el mundo. Espero que el Premio Nobel que le han dado le lleve también a pensar y a actuar en una solución justa y definitiva al conflicto.
El Frente Polisario, cada cierto tiempo, advierte o amenaza con volver a la lucha armada. ¿Cabe esa posibilidad o se ha descartado ya la opción armada?
Yo soy defensora de los derechos humanos en las zonas ocupadas, eso que me pregunta incumbe al Frente Polisario. Todas mis energías van a buscar la paz y mi sentimiento es que reine la paz y no vuelva la guerra. Pero también deseo que la comunidad internacional busque una solución rápida y justa que evite que el Frente Polisario pueda tomar la decisión definitiva de volver a las armas. Hay algo que desde mi punto de vista es una aberración, y es que la misión de la ONU en el Sahara, la Minurso, es la única misión de paz en el mundo que no contempla defender los derechos humanos en el territorio sobre el que actúa.
¿Teme recibir alguna represalia cuando vuelva la próxima semana al Sahara, después de este periplo por EE UU y Canarias denunciando la violación de derechos humanos?
Miedo no tengo, pero estoy casi segura de dos cuestiones. Una, que me pueden secuestrar en el aeropuerto, como han hecho con mis siete compañeros. O si no, por lo menos me van a requisar todos los documentos para que no pueda salir del Sahara. Una de esas dos cosas me va a pasar. Sí, me temo que voy sufrir la represión de Marruecos cuando vuelva al Sahara.
JESÚS MONTESDEOCA / laprovincia.es / LAS PALMAS DE GRAN CANARIA
Subscriure's a:
Comentaris del missatge (Atom)
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada